La fenomenología es la concepción
que (además de profundizar el perspectivismo, re-sintetizar empirismo y racionalismo, recuperar el fenómeno: la experiencia vivida, retomar consideraciones lógicas y mereológicas fundamentales; y otras tantas cosas que tendría que pensar con más detalle) se toma en serio la re-inauguración de la poesía en la filosofía occidental
que propone Nietzsche, como lo había sido por primera vez en los pre-socráticos
(tomo este aspecto de la reconstrucción de la historia de la filosofía por
parte de Heidegger). La noción de horizonte, en Husserl, es fundamental porque
implica la trasposición poética de la noción más formal de intención-vacía. Es
como el puntal del mundo de la vida, donde el horizonte diario, temporal, es,
como dice Patocka el de día-noche, como ritmo de la vida y de los seres vivos
(¿o sólo los humanos?), y, espacialmente está dando en la frontera familiar-extraño
o amigo-enemigo. Quizá, actualmente, la pelea esté mayormente dada por lo
espacial, o lo mundano como horizonte posible de todos mis horizontes parciales
y escorzados de percepción, ya que la lucha, hoy día reitero, es por el
territorio, por el la dominación del espacio. Nadie ha sabido cómo dominar el
tiempo sin dominar el espacio, porque el sometimiento en lo territorial es para
ordenar el tiempo en base al modo de producción, que requiere máxima eficacia y
productividad. Quizá, entonces, sea como dice Kusch, una lucha por el estar no
más, como suelo y vínculo más fecundo con la pacha mama, que cede ante las urgencias del tiempo para responder
sólo a las de cuidar a ese suelo, en vez de destruirlo como sí está haciendo
toda concepción europea u occidental. Deberíamos, volver, como dice Husserl en Crisis, a las preguntas originarias
(Ur-Fragen), al fundamento de sentido (Grund der Sinn) pero no de Europa, sino
de América, como intenta empezar a hacer Kusch con la América profunda.
A su vez, pensaba en que la
fenomenología es una filosofía hecha durante
el día, porque es aquí donde el sentido de la vista muestra toda su
plenitud y se debe confiar en él para poder moverse con precisión. Pienso si no
será posible una filosofía hecha desde la noche, que arranque con la puesta de
sol y termine con la salida del sol. Pienso si no será bueno probar alguna vez
en la vida ese ciclo de la noche, o, en última instancia, quedarnos en el espectáculo
primigenio del ser humano, que tiene que ver con la puesta y salida del sol?
Quizá la vida del eremita sea eso, la de irse a la montaña a contemplar el espectáculo
más primigenio de la vida, que tiene que ver con la posibilidad interminable de
la contemplación del sol y de la luna. Quizá la vida sería mucho más hermosa si
todos coincidiéramos en este espectáculo de la puesta del sol más que de la televisión.
Cuánto más compartiríamos y disfrutaríamos.
O quizá todo se trate de la
tramitación del placer y el dolor, como señala la vertiente que trabajamos con
el profesor Pablo Dreizik. ¿Se tratará sólo de una ética, en la que deseamos
fervientemente aumentar los placeres y disminuir el dolor? ¿Será la búsqueda de
placer, de Ser, eso funda al liberalismo, al capitalismo, a la filosofía
moderna occidental basada en el “yo pienso” y en el concepto de propiedad que
me aleja del mundo?¿O será la evitación del dolor, de la nadificación y
sustracción del mundo, de la realidad que me pega y me hace doler con su
dureza?¿Qué debemos volver hacer para
ser políticos, estar en el mundo, en la mundaneidad, y, en última instancia,
vivir-con? Porque si no cambiamos esto, en cualquier momento la Tierra podría
explorar y cambiar radicalmente el modo de vida sobre la superficie, o haber
una gran inundación, como ya lo está habiendo en Buenos Aires y otros lugares
de la Argentina (y del mundo). Me llamó la atención que el instructor de remo
del “río” que está junto a las fábricas en el Polo industrial, me contara que esto
no es un río sino un desagüe hecho al Río Luján entre parte de su recorrido,
durante los 70’, durante la tercera presidencia de Perón, cuando se creó el
Polo Tpesados industriales, siguiendo
una lógica de aprovechamiento de la ciencia para torcer su fisonomía y ser
funcional al modo de producción industrial capitalista. Perón, como el gran
Führer, como Stalin, eran fascinados de la ciencia y la técnica en su aplicación
a una industria en gran escala e intentó cada uno lidiar con su clase obrera
naciente de la mejor manera.
Pienso en la vuelta a la tierra
no sólo desde la observación sino en el placer de las cualidades secundarias,
indignas, como el gusto, el tacto, el olfato. Pienso en el disfrute del mate,
en el bajón que voy a tener poque me fumé un re fasito hecho con las flores de
Romi, y pienso si no es válido ese modo de vida que nos vincula a los placeres,
al mí mismo, pero a la vez con el mundo, en donde se dan los placeres. El dolor
se da en el no-mundo, en mi más íntima privacidad, aunque pueda haber la posibilidad
de un dolor compartido, como la hacen tantos monjes que se autoflagelan para
sentir dolor conjunto. Pienso en que no hay blancos y negros y en que hay
momentos, como dice mi hermano Fernando, darse algunos gustitos para uno. Donación
y disfrute, sería el combo ideal. Lo cierto es que hay egoísmo y hay altruismo,
y hay que saber no acentar el pie en ninguno de los dos, porque si no pasamos
del YO y más duro yo, al ELLOS y más duros ELLOS.
Horizonte-fenomenología
Hipótesis-Conjetura-ciencia
(naturales y sociales)
Pienso, en la historia de la
ciencia, en Ptolomeo, que con tablas de observación en las que incluía observaciones del movimiento del sol tomadas con en el más
primigenio instrumento como lo era colocar un palo sobre la superficie para
hacer un reloj de sol
luna, para lo cual debieron fundar una geometría, geometría que también
permitió la medición sobre la superficie terrestre, dando un vuelco total hacia
la moderna ciencia que fundó Euclides y Galileo matematizó. También Ptolomeo se basó en un método analógico, pienso rápidamente, sin recurrir ni a la inducción (de lo particular-especial a los universal-general) ni a la deducción (de lo universal-general a lo particular-especial). Pienso que no tiene que pensarse en la oposición entre universal-particular, sino en el intermedio, ni lo uno-ni lo otro, que es lo que se da en la vida.
Pienso en que nuestro pensamiento
y nuestras filosofía siempre fueron hechas desde la tierra firme, desde un Grund, pero como dicen Nietzsche, Heidegger,
Cargnoloni, no deberá ser hecha desde un ab-grund, desde la falta de fundamento
sólido que pisar. Aquí, frente al río pienso en una filosofía hecha desde el
agua, la misma agua que en general conspira contra nuestra vida, en tanto que
hemos fundado una vida terrestre. Veo a los remeros y pienso en la posibilidad
de estar mar adentro, observando el paso de los días y las noches desde allí,
como lo hicieron los grandes navegantes que exploraron la Tierra hacia nuevos
lugares, a la manera de un viaje con destino incierto. Una filosofía del viaje,
desde el viaje, que implica una lucha por la existencia, Darwin ahí no vió la
lucha por la existencia en las criaturas que observaba sino en él mismo, cuando
debía encontrarse en las Galápagos, en parajes que jamás soñó transitar.
Pienso en el modo de vida de los
pibitos que llegan a esa vida nocturna de la noche, del transitar la noche
viviendo de tomar lo ajeno mientras los otros duermen, siendo completamente
anti-funcionales y anti-sistema. Pienso, si no matan a nadie, si no atentan
contra esa forma tan propia de propiedad que es la propia vida, si no están en
lo cierto, si no es una revancha ante el egoísmo del “es mío”. Pienso en el
compartir, pienso esta noche ir a una peña, y seguir estudiando allá, estando
en la cualidades secundarias, en el
mundo de la vida, opinión, de la fiesta, del disfrute. Llevaré alguna pizza
para compartir con mis amigos de Tigre los que quieran acercarse y se hayan
tomado un tiempo de su día y estén (cerca o lejos) y quieran venirse al Club
Pacheco, a dos cuadras de la ruta 197, porque sé que allí hay posibilidad de
encontrar a mis amigos, y compartir, sin necesidad de pagar ninguna entrada.
Bueno, llegó la parte del día más
hostil contra el ser humano, o al menos para mí, que es cuando aparecer los
mosquitos, cuando se fue el sol, como lo hizo ahora no porque se haya puesto
sino porque se empezaron a venir las nubes, al parecer, desde el norte.
Anticipadamente, se ha puesto el sol y ha empezado la noche, que en realidad no
empieza hasta que no vemos la primera estrella en el firmamento.