Un cazador usa
su mundo lo menos posible y con ternura, sin importar que el mundo sean cosas o
plantas o animales o personas o poder. Un cazador tiene trato íntimo con su
mundo, y sin embargo es inaccesible para ese mismo mundo.
Viaje a
Ixtlan.
La ternura, como acción, es la mostración afectiva de la intimidad.
Tomando a esta no como una zona privada u oculta sino como la manifestación de un vínculo estrecho, una conexión profunda, que se da con otro (de
sí).
Solemos ser mezquinos y demostrarnos tiernos únicamente con aquello(s) con los que podamos
identificarnos o desear identificarnos o con aquello(s) que nos retribuya(n) el
gesto; pero el verdadero desafío, creo, es animarse a brindarle un trato tierno
al mundo tal y como se nos da.
No es posible pensarnos separadamente del mundo, por lo que efectivamente
nos une a él un vinculo muy estrecho, tratándose de una conexión que se
retroalimenta; teniendo un trato tierno con nuestro entorno, lo tendremos a su
vez con nosotros mismos en tanto seres
en el mundo.
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